Por: Daniella Guevara Arias
Cortes,
quemaduras, golpes, rasguños y hasta fracturas en cualquier parte del cuerpo, forman
parte de la conducta llamada autolesión.
Autolesionarse
es una conducta repetitiva a la cual recurren personas que no pueden expresar o
manejar sentimientos de tristeza, culpa, soledad, angustia o impotencia. De acuerdo con distintas investigaciones,
esta práctica es más frecuente en mujeres que en hombres.
Según
una guía de prevención de conductas autodestructivas realizada por esta fundación,
uno de cada diez adolescentes se autolesionan. La edad más común para esta
conducta es después de los 10 años, pero en algunos casos puede llegar a
presentarse hasta los 30 años.
¿Por qué autolesionarse?
Psicólogos
explican que quienes realizan esta conducta es porque hacerse daño les ayuda a
enfrentar y manejar su dolor emocional y que cuidarse las heridas les da la oportunidad
de darse cariño a sí mismos.
La
autolesión no es una práctica adecuada ni saludable. De acuerdo con la revista Kids Health, “existen
muchas otras formas de afrontar las dificultades, incluso los problemas
importantes y el terrible dolor emocional. Puede ser necesario acudir a un
profesional de la salud mental cuando se tienen graves problemas vitales o se
experimentan emociones insoportables”.
En
ocasiones, pero no siempre, esta conducta
autodestructiva se asocia con fenómenos asociados a la depresión, al trastorno
bipolar, los trastornos alimentarios y las conductas obsesivas y/o compulsivas.
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