Por: Daniella Guevara Arias
Desde que se dio a conocer por
primera vez el término Coeficiente Intelectual (CI), en 1912 por el psicólogo alemán
William Stern, se han realizado diferentes pruebas para medir la inteligencia y de esta forma
proyectar el futuro académico y profesional de cada persona, sin embargo en la actualidad
se ha comprobado que son otras capacidades las necesarias para el éxito en la
vida, tal y como lo es la inteligencia emocional.
La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos,
propios y ajenos y la habilidad para manejarlos.
Este término se popularizó en
1995, cuando el psicólogo estadounidense Daniel Goleman publicó el libro “Emotional Intelligence”, en
el que la define como “una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en
cuenta los sentimientos y engloba habilidades tales como el control de
impulsos, la autoconciencia, la motivación y la empatía entre otros”.
Goleman explica que los principales
componentes de la inteligencia emocional son:
·
Autoconocimiento
emocional: es el conocimiento de las propias emociones y cómo afectan.
·
Autocontrol
emocional: se refiere a reconocer que es pasajero en una crisis y que no, y
de esta forma no dejarse llevar por los sentimientos del momento.
·
Automotivación:
dirigir y fijar la atención en las metas
en lugar de los obstáculos.
·
Reconocimiento
de emociones ajenas o empatía: esto permite crear lazos más reales y
duraderos con las personas del mismo entorno.
·
Relaciones interpersonales o habilidades
sociales: mantener una buena relación tanto a nivel personal como de trabajo.
Jack Block, psicólogo de la
Universidad de Berkeley en Estados Unidos, explica en un informe del Instituto
de Mayores y Servicios Sociales del Gobierno de España, que las personas con una
elevada inteligencia emocional “suelen ser abiertas y sociables, expresan sus
sentimientos adecuadamente (en lugar de entregarse a arranques emocionales de
los que posteriormente tengan que lamentarse) y soportan bien la tensión y su
equilibrio social les permite hacer rápidamente nuevas amistades”.
Para Goleman, las habilidades que
se encuentran dentro de la inteligencia
emocional,“ configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión
o el altruismo que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación
social”.
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